7 de junio de 2021
Pensando con el Credo Apostólico | Reflexionando y Actuando en Comunión
[Reflexionando y Actuando en Comunión es parte de una iniciativa de publicaciones con el propósito de bendecir a la iglesia cristiana. Esto mediante recursos escritos que promuevan la reflexión y práctica bíblica en diferentes aspectos de la vida personal, comunitaria y social.]
Por Caleb J. Miranda Pérez
Uno de los aspectos más importantes de la vida cristiana es entender quien Dios es. Precisamente es lo que el Credo de los Apóstoles[1] procura mostrar: quién es la figura en la que se adora en la comunidad cristiana. Este es un documento que se estima fue desarrollado en el III al VIII y presenta un resumen de algunas de las creencias esenciales de la fe cristiana.
Una de las razones por las cuales el Credo fue de importancia para los primeros cristianos, es su comprensión de que la identidad de Dios hablaba decisivamente sobre la identidad de la Iglesia. El mundo antiguo estaba repleto de divinidades, sectas, cultos y movimientos religiosos; además de ser, una sociedad llena de guerras, conflictos y de luchas de legitimidades religiosas. Estos primeros seguidores proclamaban que, a pesar de toda la maldad que les rodeaba, creían en que el Dios trino había comenzado a transformar y cambiar el mundo. Esos primeros cristianos sabían claramente que su vida cristiana dependía exactamente de su confesión pública, por esta razón, los padres de la Iglesia usaron el credo como parte del bautismo preguntando cada una de sus partes y esperando la respuesta del que fuera bautizado. El Credo les proveía el plano de comprender al verdadero Dios creador. A su vez, esta creencia radical anunciaba otra manera distinta de vivir.
De igual forma, nosotros también nos encontramos en un mundo lleno de guerras, conflictos y luchas por legitimar las creencias religiosas. En momentos de crisis nos preguntamos si la identidad de nosotros como cristianos debería cambiar de acuerdo al espíritu de este mundo y las circunstancias. El Credo como instrumento de enseñanza, busca enseñarnos que Dios está transformando la humanidad y su creación por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo.
De la misma manera que el Credo les servía a los primeros cristianos, como un punto de referencia, así también nos sirve a nosotros de guía. Después de todo, la identidad de Dios fue dada a conocer en el evento público de la cruz, según el testimonio de los Evangelios. Las buenas nuevas del evangelio anunciaban lo que la Sagrada Escritura comunicaba sobre la figura de Jesús, quien es su perfecta imagen. Esta era la creencia de los primeros cristianos.
El Credo hace esto, en unas líneas cortas y explosivas; nos enseña quién es Dios y la esencia de lo que es la Iglesia, lo cual nos proporciona la identidad de lo que somos como cristianos. Nos funciona como el recordatorio de lo que Dios ha hecho en Jesús y lo que está haciendo aquí y ahora, en nosotros y mediante nosotros.
[*Este escrito es una reflexión como parte de la conclusión de una serie de estudios de discipulados basados en el Credo de los Apóstoles realizados en Iglesia Comunión en las pasadas semanas. Para acceder al documento (en inglés) y a una introducción puede acceder al siguiente enlace https://www.pcabookstore.com/samples/11589.pdf. ]
El autor tiene una Maestría en Divinidad del Seminario Teológico de Puerto Rico. Actualmente colabora como parte del equipo de enseñanza en la Iglesia Comunión. Amante de la filosofía, la historia y temas de sociedad. Oriundo de San Juan, Puerto Rico.
Referencias:
[1] https://www.rca.org/about/theology/creeds-and-confessions/the-apostles-creed/el-credo-de-los-apostoles/