LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES INTENTAN DEFINIR LAS BASES DE NUESTRA FE CRISTIANA:
La Biblia es la palabra de Dios escrita, inspirada por el Espíritu Santo, sin errores en sus escritos originales. Ella es la revelación de la verdad de Dios que es infalible y autoritativa en todos los aspectos de la fe y la práctica.
La Santa Trinidad. Solo hay un Dios que existe, eternamente en tres personas: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo.
La humanidad es pecadora y no puede salvarse a si misma del justo juicio de Dios, sino solamente por Su misericordia.
La Salvación solo proviene de Dios y Él, soberanamente, escoge a aquellos que salvará.
Nuestra salvación está basada en Su Gracia, no por mérito personal ninguno o por alguna predeterminación humana antes vista.
Jesucristo es el eterno Hijo de Dios, quien vivió de manera perfecta y se sacrificó a través de su muerte para limpiar los pecados de todos los que crean en Él, solamente para salvación.
Dios es clemente y fiel con su gente, no solo de manera individual, sino también con las familias de generación en generación de acuerdo a las promesas de Su Pacto.
El Espíritu Santo mora en el pueblo de Dios y nos da fuerza y sabiduría para creer en Cristo y seguirlo.
Jesús volverá en cuerpo visible para juzgar a todo ser humano y recibir a su Pueblo.
El Señorío de Jesucristo. Creemos que todos los aspectos de nuestra vida son para la Gloria de Dios y están bajo el Señorío de Cristo.
Para una mejor comprensión de nuestras afirmaciones, te invitamos a leer La Confesión de Fe de Westminster, publicada en 1646, junto al Catecismo Menor y Catecismo Mayor de Westminster.